Mi regreso a Chile, después del último viaje a Costa Rica ha sido un tiempo de nuevos e interesantes desafíos. En gran parte gatillados por las experiencias vividas en ese hermoso país, donde pude encontrarme con gente tan hermosa. La diversidad de quehaceres artísticos transformó a una consulta de arte en un hermoso mosaico de la gracia de Dios.
Grabar un nuevo Cd es para un músico cantautor un evento único, lleno de expectativas y de anhelos que pueden concretarte en el ejercicio de muchos años, dependiendo del grado de impacto que pueda tener en los oyentes, cada una de las canciones.. En mi caso, he tenido el privilegio de participar en la grabación de tres Cds y cada uno de ellos está lleno de experiencias únicas, que forman parte de recuerdos muy queridos. Pues bien, me encuentro ahora, en el proceso de un nuevo proyecto, que recopila canciones de los últimos 5 años, muchas de ellas ya conocidas en el ambiente musical cristiano en el cual me desenvuelvo, y que han probado ser de bendición para quienes han tenido la oportunidad de escucharlas en los conciertos.
Cuando llegó el momento de hacer la selección de canciones, fui descubriendo que la mayoría de ellas tenían un denominador común como eje temático. Por alguna razón, una gran cantidad de esas canciones abordaban directa o indirectamente el tema del tiempo, desde distintas perspectivas. Es decir, ¿qué hacemos con el tiempo que nos toca vivir, con nuestro presente, con lo que somos hoy? Algunas canciones abordan el tema del tiempo desde la mirada de un niño, otra desde la visión de un anciano. También es posible encontrar algunos temas que abordan e conflicto de la ansiedad, de ver que el tiempo se nos escapa de las manos sin que nada podamos hacer al respecto, en fin, todos estos temas hechos canciones, nos permitió desarrollar este nuevo proyecto que hemos llamado “Entre pasado y futuro”. Con ello, queremos reflexionar sobre dos fuerzas poderosas, con las cuales nos encontramos en permanente tensión. Dos fuerzas que nos tiran o nos jalan de diferentes maneras y que afectan nuestro presente.
Por un lado el pasado, con todas sus experiencias, buena o malas, que condicionan nuestro presente, dependiendo de la forma en que nos relacionamos con él. No es ningún secreto para nadie, que muchas personas viven esclavos de su pasado, porque han dejado que los gobierne el resentimiento, la apatía, la rabia y tantos otros sentimientos destructivos, porque no supimos perdonar, y dejar atrás lo que debíamos o aprender de los errores para no volver a repetirlos. Lamentablemente vivimos en una sociedad sobre psicologizada, donde existe una obsesión por escarbar en el pasado, como una especie de masoquismo terapéutico, que lo único que hace es reabrir nueva heridas, pero que no necesariamente trae sanidad a los corazones. Me parece, que una actitud más sana frente al pasado, tiene que ver más bien con mirar hacia delante con actitud de esperanza, entendiendo que el dolor del pasado puede cumplir un rol de preparación para nuestro llamado en la vida. Por lo mismo, pareciera que necesitamos reconciliarnos con el dolor, que forma parte de la vida, que es nuestro más grande maestro y el que hace posible mucho de nuestro crecimiento. En consecuencia, nuestro pasado no podemos cambiarlo, pero sí podemos, en un acto de la voluntad, optar por la vida, como un acto dinámico de fe y esperanza. Por eso, nos hace bien recordar permanentemente las palabras del apóstol Pablo cuando dice “…una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está adelante, sigo avanzando hacia la meta…” (Filipenses 3:14)
Pero no sólo el pasado hace presión sobre nuestro presente. Lo que somos hoy también es resultado de cómo enfrentamos el futuro. Vivimos en la sociedad de la ansiedad, donde también existe una obsesión por saber algo de nuestro futuro. El porvenir no seduce con el deseo de ser alguien, de ganar algo, de lograr cosas, que nos definan. Para muchos seres humanos sus vidas están en el futuro, lo cual no les permite disfrutar de la belleza del regalo que significa el “presente”. Siempre están viajando a algún lado, a algún destino, a alguna meta y, por tanto, rara vez disfrutan de la belleza del camino. Es aquí donde la Escritura tiene tanto que decirnos. Más aún, el evangelio de Jesucristo basa toda la promesa de la consumación de su reinado en un acto ya realizado y por el cual tenemos acceso a la plenitud de vida en Jesucristo. Mientras la mayor parte de la humanidad avanza hacia un futuro mejor, donde puedan hacerse un nombre que los defina y los haga sentirse satisfechos, Jesús nos dice, “No se regocijen de sus logros…. Sino regocíjense de que sus nombre están escritos en el cielo…” (Lucas 10:20) Aquí radica el gran milagro del evangelio, en el hecho de que no necesitamos probar nada, ni buscar méritos humanos en un futuro incierto, porque el problema del “nombre” ya está resuelto. No necesitamos trabajar para hacernos un nombre que nos haga reconocidos. Jesucristo ya resolvió ese problema por nosotros en la cruz y eso nos libera de todo acto de autojustificación y por tanto nos libera de esa obsesión de competir y luchar con otros.
Finalmente, nuestro pasado y futuro se encuentra resuelto en Jesucristo, en quien se encuentra la plenitud de Dios. Solo Dios, en Jesucristo puede decirnos: “Estuve, estoy y estaré contigo”.
Mis queridos visitantes y lectores de esta página, deseo de todo corazón, que este nuevo proyecto de grabación que se encuentra en curso y que esperamos terminar dentro de los próximos tres meses, sea de gran bendición para muchas personas en muchos países. Rogamos sus oraciones para que esto sea una realidad y para que el Señor provea los recursos económicos necesarios para llevarlo a cabo.
Escribir comentario
la chiiO ! (viernes, 17 junio 2011 23:30)
doy gracias a DIOS, porque esto lo he descubierto en el camino que hemos vivido juntos como comunidad, que enorme diferencia hay entre alguien que solo vive por vivir, matando el tiempo hasta k llegue a un punto en especial y desde esa instacia recien empezar a gozar, con aquellos k han disfrutado todo el proceso de vida que los llevo a aquello.... el tiempo, nuestro tesoro mas preciado y mas mal gastado k el hombre derrocha por estos dias .... k DIOS continue bendiciendo nuestras vidas con la musica y el talento que pone en ud tio, lo kiero mucho!