Los secretos del silencio

Desde el sur

 

Hace tiempo que vengo escuchando por ahí,

las historias viejas de mi tierra y mi país.

Cuentan en la calle que el dolor es cosa gris,

 y los poderosos sólo esconden la nariz

y mi América Latina sangra en su raíz.

 

Desde el sur, tierra de mi amor,

canto a la esperanza en la pobreza y el dolor

Desde el sur, siembro esta canción

traigo en mis alforjas las gavillas de Jesús.        

 ///De su amor///                       

 

Hace tiempo que oigo de guerrillas y ambición

de los marginados por su raza y su color

Y de lo profundo se oye un grito de dolor

Es la tierra de mi gente en toda nación

Es mi América Latina que llora su paz.

 

         Hace 18 años me encontraba en los inicios de mi trabajo pastoral, en una pequeña congregación en el sur de Chile. Ese año tuve el privilegio de vivir una de las experiencias que marcaría de manera especial mi vida. Ese año conocí a René Padilla, al reconocido teólogo latinoamericano, de quien tanto había escuchado y quien, de manera providencial, me abrió las puertas para recorrer muchos otros lugares hermosos en diferentes países. Partiendo por Ecuador, donde por primera vez pude participar en un evento continental llamado CLADE [1]. Hasta aquella primera experiencia internacional, nunca imaginé que la música y las canciones que había escrito de cotidiana manera, pudieran tener un significado tan especial, como el que tuvo en diferentes contextos que Dios me permitió visitar.

         Cuando supe que tendría el privilegio de participar en Clade 4, en Quito Ecuador, pensé, esta es una hermosa oportunidad para llevar un presente y compartirlo con todos nuestros amigos latinoamericanos que estarían presentes en este importante congreso. Así fue como esta canción “Desde el sur” nació y tuve le hermoso privilegio de cantarla en ese lugar. Pero, además, Clade sería el lugar donde conocería muchos nuevos amigos, que hasta la fecha conservo con mucha honra. Puedo decir que lo mejor de mis viajes por el mundo son los amigos que he encontrado. Son el tesoro más grande de la Misión que se nos ha encomendado. Gracias a Dios por la vida de cada uno de ellos.

         Nos obstante, todo lo dicho, Clade 4 fue el lugar donde escuché sobre una fe que comulga con la justicia, con la compasión, la denuncia social. Fue desde este contexto de fe, donde las nuevas canciones se irían nutriendo de nuevas historias, donde predomina una espiritualidad de lo cotidiano, lo de todos los días.

         El mundo ha cambiando en 18 años de muchas maneras, si embargo en el presente artículo quisiera enfocarme en uno de esos cambios que, a mi parecer, ha transformado nuestro entorno social de una manera dramática: nuestro mundo se ha vuelto extremadamente ruidoso. Una nueva dictadura latinoamericana se ha posicionado de manera tan brutal y aparentemente inofensiva. Es la dictadura de la “opinologia”, es el ruido estruendoso de las “redes antisociales”, donde se incuban de manera subrepticia y solapada los nuevos odios y violencias de este siglo. Allí donde los anónimos opinantes vomitan sus verdades mas absolutas, donde se denuncian hasta las más irrisorias formas de conducta y donde se parapetan los más enconados defensores de la pureza social, religiosa o política. Opiniones, respuestas y contra respuesta, en una eterna espiral de habladores que nunca se escuchan, porque, precisamente de eso se trata todo este ruidoso fenómeno. No existe comunicación posible en esta ruidosa dictadura, es un dialogo de sordos, digno del mas agudo análisis de la psicología actual.

                            Cabe preguntarse entonces, cual podría ser el camino a seguir en este ruidoso entorno social que vivimos. ¿Qué hacer cuando en América Latina sigue bajo la sombra de la injusticia y hay tanto que denunciar? ¿Qué hacer cuando estamos bajo el embrujo de la post verdad y el ambiente se ha contaminado con el palabrerío bullicioso? Es difícil aventurar cualquier respuesta, más aún cuando la misma podría ser paradójicamente acusada de un nuevo intento de ruidosa opinión …¡¡en que terrible contradicción nos ha puesto la dictadura de la opinologia!! Podríamos decir que estamos perdidos, amarrados por nuestro mal-decir. Tal vez porque se ha nublado a tal extremo nuestro discernimiento, que nuestra única alternativa sea el silencio…Chsssss…. Quién sabe, el silencio tenga sus escondidos secretos, tal vez la Vida nos esté llamando de una infiltrada manera. Es que la Vida surge en el silencio…Dios nos ayude a aprender el difícil arte de guardar silencio. En una de esas, tal vez Dios nos permita el maravilloso milagro de escuchar. Mientras tanto, seguimos cantando: “Desde el sur, tierra de mi amor, canto a la esperanza en la pobreza y el dolor, traigo en mis alforjas, las gavillas de Jesús.”



[1] Congreso Latinoamericano de Evangelización